Estás encerradx en casa y en un intento de sobrevivir al aburrimiento te embarcas en una peligrosa aventura: mirar fotos antiguas en la galería de imágenes de tu móvil. Algo que radica en una acción que prácticamente se lleva a cabo por inercia, termina en una extraña sensación que oscila de la felicidad a la nostalgia. ¿Qué ha ocurrido? Pues que has llegado a la carpeta donde están las fotos de tu amor de adolescencia.
El single, compuesto, grabado y producido en su totalidad por Rizha, cobró forma durante la cuarentena cuando a la artista le ocurrió lo anteriormente descrito. A partir de ahí, se dio cuenta de la cantidad de tiempo que había pasado desde que se tomaron dichas fotos y de lo mucho que echaba de menos sentirse de esa forma, de la forma en la que te hace sentir ese “teenage angst” capaz de convertir cualquier historia de amor, en una digna de argumento de película adolescente de los 90.
Mario Kart es, además del título de su último lanzamiento, el videojuego al que solía jugar Rizha con su primera novia. Uno al que la artista siempre perdía –algo que le jodía bastante- y por el que, además, se ha dado cuenta de que a diferencia de las carreras que llevan a cabo Mario y Luigi, en una historia de amor nunca quedan ganadorxs ni vencedorxs, solo momentos que echar de menos.