Por extraño que les parezca, tanto a los jóvenes, como a los que somos relativamente jóvenes, hubo un día en que las calles de la Ciudad de México se convirtieron en la viva imagen del escenario de una película anglosajona clásica de navidad. Hasta cinco centímetros de nieve cubrieron las calles, azoteas, plazas y patios de la Ciudad de México. Sabemos perfectamente que cinco centímetros de nieve pueden no ser nada para las localidades en los extremos de los hemisferios del planeta, las cuales obviamente están acostumbradas a la nieve en grandes cantidades, pero para nuestra Ciudad de México, sí que fue un acontecimiento muy especial.
No es fácil imaginarse a niños y adultos haciendo muñecos de nieve en los patios y azoteas del entonces llamado Distrito Federal, o arrojándose bolas de nieve de un lado a otro de las transitadas calles de la ya entonces inmensa metrópolis mexicana. Pero el día 11 de enero de 1967, hace ya más de cincuenta años, esto ocurrió, para sorpresa de toda la población capitalina.
Las consecuencias de esta nevada, como es de esperarse, no fueron en su totalidad jocosas y pintorescas, y hubo como podríamos temernos, situaciones que verdaderamente afectaron negativamente a la población. El suceso impactó severamente sobre todo a las personas de edad avanzada, a los niños, a los indigentes, a los desamparados y a todo aquel que fue tomado por sorpresa, que fuera la mayoría a fin de cuentas, siendo ésta una ciudad nunca extremadamente fría.
Como siempre, la parte blanca y divertida del acontecimiento es lo que mayormente prevalece cuando el evento es relatado por los que lo vivieron. Pero sí, hubo de todo en ese histórico día, increíble y divertido para algunos, incómodo para otros, y hasta triste para los más afectados. Pero para todos los que lo vivieron, inolvidable, sea cual sea el tono de su recuerdo.
Existen registros de nevadas en la Ciudad de México, en 1920 y aún más allá. A principios del siglo pasado en el año de 1907 se registra otra, y otra mucho menor un par de años después en el año de 1969. Pero ninguna de estas otras nevadas se compara a la gran nevada ocurrida el día 11 de enero de 1967.