El artista regiomontano regresa con uno de sus “sencillos huérfanos”: una poderosa melodía que reafirma la madurez musical de José, quien se encuentra en uno de los puntos más álgidos de su brillante carrera.

El último par de años ha sido puro vértigo en la vida de José Madero: luego de lanzar uno de los discos más importantes en español durante el ciclo 2019-2020 (‘Psalmos’), su fuerza creativa no se ha detenido: montado en un estado de gracia, Madero ha seguido creando melodías por el simple placer de compartir su universo artístico con el mundo.

Muestra de ello es, “Invócame”, un nuevo sencillo que se apunta en la lista de “canciones huérfanas”, mote que el artista ha dado a todas las piezas que no forman parte de un disco, y que han sido lanzadas en meses recientes. En lo que concierne a esta canción, José Madero explora nuevos senderos musicales:

Por ejemplo, los primeros minutos de la “Invócame” transcurren por las tranquilas aguas de una balada con mucha emoción, donde el protagonista de la historia parece rememorar momentos junto a un amor que se ha ido, pero siempre con ese twist característico de José: no se trata de simple cursilería, sino un retrato de la complejidad que conllevan las relaciones humanas.

Tras el coro, “Invócame” suma velocidad e intensidad: aparecen las guitarras y los golpes de batería para elevar esta plegaria dolorosa a un perfil más filoso, con la voz de José en un tono agudo, que se contrapone con la profundidad grave del inicio, hecho que nos deja ver el rango no sólo vocal sino interpretativo del artista.

Como es habitual en las letras de Madero, el mensaje real de la canción se encuentra cifrado en distintos simbolismos, pues José es un letrista que procura entregar sólo pistas a sus escuchas, para que sean ellas y ellos quienes le den un significado a lo que canta. Y con el ánimo de acompañar esta actividad recíproca entre emisor-espectador, “Invócame” cuenta también con un video, donde observamos al cantante pasar por diversos estados espirituales y emocionales, acompañado por un misterioso grupo de bailarinas, quienes lo mismo hacen el papel de musas que de fantasmas en la atormentada mente del protagonista de la historia.