La situación mundial que ahora vivimos no tiene precedentes. Ante lo complejo del panorama, existen bálsamos que ayudan a procesar lo que estamos enfrentando. Uno de ellos es la música, esta vez en la voz de José Madero, quien más que una nueva canción, presenta las inquietudes, temores y sensaciones que despierta en todos nosotros este hecho histórico.
En pleno éxito de su disco ‘Psalmos’, obra en la cual mostró no sólo su madurez artística, sino una gran honestidad emocional, José Madero muestra una nueva composición, la cual es el resultado de las reflexiones, emociones y sensaciones que nos hace vivir el contexto actual, es decir, la situación mundial de salud que estamos viviendo.
“Riesgo de Contagio”, nombre de la canción, nació como un ejercicio de catarsis, muy en la línea de lo logrado en ‘Psalmos’. De hecho, el tema fue estrenado a través de una sesión en la cuenta de Instagram del artista, quien en primera instancia pensó en dejarlo vivir sólo en redes. Sin embargo, inquieto y curioso como es, decidió darle más vida a esta composición, por lo cual se metió a su estudio para agregarle arreglos orquestales y acústicos que le dan un giro imaginativo a la creación de José.
Este nuevo sencillo, con su guitarra acústica arpegiada, empieza como una especie de balada dulce y suave, sentimiento que es acentuado por el tono de la voz de José, que esta vez se presenta reflexiva y a punto de quiebre, acción totalmente intencional para darle mayor poder emocional a la letra, que versa sobre las preocupaciones de un hombre en medio de la incertidumbre.
El tema avanza y entonces entran los arreglos de cuerdas, acompañados por unos bellos detalles en sintetizadores, que otorgan mayor poder a lo que en un inicio sólo era guitarra acústica. A la par que la base instrumental, el canto de José aumenta su intensidad, mientras nos lleva de la mano por un sinfín de preguntas y respuestas que no hacen más que servir como un espejo en el cual podemos desahogarnos.
Así, José Madero demuestra una vez más que cuando la música se pone al servicio honesto de las emociones, sirve como una luz, aún en los momentos más oscuros.