La adrenalina de la primera cita, del primer encuentro. La emoción de descubrir a esa persona que te atrae físicamente pero que sorprende más aún por su cerebro y su forma de ser. Descubrir la mente a través de los sentidos, donde un encuentro sexual puede conectar también el intelecto. De esto va “Complicidad”, el nuevo sencillo de Akil Ammar en donde habla sobre el respeto y admiración que siempre ha tenido por las mujeres.
Y esto motivó a Akil a escribir una canción en donde escuchamos a un hombre que describe el trayecto desde que conoce a una chica hasta que comparte con ella en la intimidad. Una poética forma de decir que todos podemos disfrutar de la sexualidad con pasión y respeto por el otro. En donde la intensidad del momento está directamente relacionada con la complicidad que se desarrolla entre los dos.
El tema fue producido por Diego Solórzano (Rey Pila) y el video por Javier Alejandro Roa. En el videoclip podemos observar a Akil Ammar acompañado de diferentes chicas que muestran su esencia de manera muy natural.
Akil Ammar significa “constructor de ideas” y es el nombre artístico que Jhonatan Rojas eligió para reflejar de una mejor manera sus inclinaciones y tendencias en el arte del rap desde hace más de 20 años. Este año lanzará un nuevo álbum producido por Diego Solórzano (Rey Pila) y líricamente, en este nuevo disco desarrolla temas tan diversos como relatos urbanos, un corte de conquista amorosa, otro de amistad; comentarios sociales y experiencias cotidianas.
El espectro autoral de Akil Ammar es amplio e independientemente de plasmar en algún momento, en sus composiciones, sus inquietudes sociales, también es capaz de relatar sus alegrías, hablar del núcleo familiar, entre otros temas ya que le gusta tocar la fibra sensible de sus escuchas.
SOBRE AKIL AMMAR
Nativo de la Ciudad de México, Akil Ammar nunca se planteó abrazar una carrera profesional en la música, sin embargo, las historias de los artistas importantes han estado llenas de coincidencias, juegos del destino y adecuaciones culturales. O sea: magia. Esto sucedió cuando, teniendo 15 años, un amigo de su colonia -quien hacía presentaciones en tardeadas interpretando rap- lo invitó a hacer su segunda voz. Él fue quien le enseñó a escribir, a estructurar y a medir los tiempos. A partir de este momento, los amigos empezaron a crear y a grabar en cintas sus composiciones.
Akil Ammar encontró en el rap y en la escritura, la libertad que buscaba para expresar sus ideas ha sido desde entonces algo terapéutico y percibió que ese género da la oportunidad de decir mucho más que en otros.
Al componer, Akil Ammar no sigue un proceso esquemático y eso le permite transitar por diversos caminos, ya sea que escuche una historia interesante, le surja una idea o que leyendo sienta que hay algo que pueda desarrollar. Lo que sí es constante, previamente a la composición, es encontrar un beat que lo inspire, que sea, melódico o melancólico y, a partir de ahí desarrolla una temática.
Akil Ammar no sólo canta y compone para él, también ha tenido éxito al entregar algunas de sus canciones para programas de MTV y Canal Once, además de haber participado en diversas bandas sonoras entre las que destaca Trazando Aleida (2008) de Christiane Burkhard. También compuso una canción para Greenpeace.
Akil Ammar posee una enorme versatilidad, no sólo ha manejado la estructura del rap, también ha pisado los terrenos de la salsa, el reggae, el funk y el jazz, como quedó de manifiesto en su EP Reflexión (2002). Su discografía se complementa con Melokarma (2005), Déjà Vu (2006), Réquiem (2009), Postdata (2012) y Frenesí (2016).