Tenemos ahora el caso de Paz De La Huerta, está actriz norteamericana que asegura que el productor Harvey Weinstein la violó dos veces en 2010… o sea. La violó una vez y la pobre muchacha se quedó así como pasmada de la impresión, y en menos de un mes se le aparece y le dice soy el lobo bueno quiero entrar, ésta le abre y el malote le vuelve a ponchar su globito. Tan inocente la muchacha.
El problema es que este monstruo de hombre, no tenía ni influencias, ni poder, ni nada que pudiera interesarle a una actriz que la verdad ni siquiera figura, ¿Verdaaaad?. Ninguna de sus 94 supuestas victimas de acoso, abuso y hasta violación (como en el caso de De La Huerta), querían o necesitaban algo de este señor.
Y que quede claro que no estoy defiendiendo al abusivo éste. Que lo más seguro es que sí se aprovechaba cada vez que le pedían favores. “Quieres, pos Dame” y de que les daba, les daba o más bien de que Querían, Querían… Es cierto que el caso se repite en cada uno de los hombres con poder, sobre todo los poderosos de la farándula. Pero que no vengan las mojigatas éstas a decir que lo traían nuevo y no lo andaban ofreciendo…
Weinstein dice que todas y cada una de estas 94 relaciones fueron consensuadas (o sease por las buenas). Ahora, igual que todos a los que acusan de abusivos, pervertidos y etcéteras en Hollywood y anexas, pues ya está yendo a terapia para limar asperezas con su subconciente y merecer otra oportunidad. Pero Weinstein, entonces en qué quedamos ¿fue por las buenas o no?, o más bien lo que necesita que le ajusten es al ánimo de semental que se carga, porque o sea ¿94? y son apenas nomás las que se han quejado…
Y lo sentimos mucho Paz… pero checa, eres tan importante, que ya ni te volvimos a mencionar. Para la otra tírate a alguien con más power, a ver si así figuras.